viernes, 30 de agosto de 2013

Rape alangostado

A mí me encanta una buena langosta y a vuestro padre aún más, pero al tratarse de un marisco que puede resultar demasiado caro -lo que se agrava más aún con el número de comensales: en nuestro caso somos cinco-, se me ocurrió sustituir este delicioso manjar por el rape alangostado, que yo llamo también rape a la americana, que tantas veces habéis tomado.

Hoy he ido a la pescadería y tenían rapes y sapitos (rapes pequeños). Como veréis los precios son diferentes. A mí me gusta más el rape -según qué peces me gustan grandes- pero como el precio se debe ajustar a tu presupuesto, hoy me he decidido por el sapito. Por cierto, el rape a veces te lo pesan sin cabeza pero no quiere decir que el precio se equipare; lo sé.

Sapito: 7,50 €/Kg
Rape 24,95 €/Kg

Al pescadero le debéis indicar que os lo limpie y separe los dos lomos, la espina os la lleváis a casa y la podéis congelar para hacer un buen caldo de pescado y utilizar en otra ocasión -da un magnifico sabor- o bien hacerlo sobre la marcha y congelar y reservar.


Como todo en esta vida hay que acoplarse a lo que se tiene y nunca querer o desear lo que no se puede tener -o comer-. Si miráis a vuestro alrededor veréis lo privilegiadas que sois. 

Bueno, dejo los rollos de madre y os voy a decir como hago el rape alangostado:

Ingredientes:
  • Rape
  • Una hoja de laurel por lomo de rape
  • Pimentón dulce
  • Sal gorda
  • Salsa rosa a la americana
La cantidad en peso de rape es difícil darla, ya que depende del tamaño que haya en el mercado, por lo que os lo tendréis que llevar enteros ya que por lomos solos  no lo venden, a no ser que los compréis congelados -que también es otra opción-.

Al tratarse de un plato que se puede tomar frío, si os sobra lo podéis guardar en la nevera una vez hecho o congelar uno de los lomos frescos para utilizar en cualquier otro plato que tenga como uno de los ingredientes rape.  

Realización:

Se limpia bien el rape, quitando toda la piel finita para que no se quede correoso, se lava y se coloca sobre un papel de aluminio donde se espolvorea con el pimentón de forma que quede distribuido de forma homogénea, se sala y con la hoja de laurel se envuelve con el papel de aluminio de forma que quede prieto.


En un recipiente adecuado - donde quepan los lomos sin tener que torcerlos- se pone agua a hervir y cuando esto ocurra se deposita el rape. Cuando rompa a hervir de nuevo se contabiliza cinco minutos - si las colas son muy grandes pueden ser siete minutos- y se da la vuelta con unas pinzas, se deja que transcurra el mismo tiempo -cinco o siete minutos- y se apaga el fuego. En una fuente o plato se dejan con el papel de aluminio para que suelten el agua que tengan al mismo tiempo que se deja enfriar rompiendo o abriendo el paquete que se ha hecho con el papel de plata.



Una vez templado -o frío-  se parte en rodajas y se colocan sobre la fuente en que se vaya a servir rodeada de lechuga partida muy finita.

Para la salsa rosa a la americana:

En una batidora manual se hace una mahonesa con un huevo, 1/4 de litro de aceite, una cucharadita de sal y un chorretón de un buen vinagre de vino -o limón según gustos-. Cuando la mahonesa este bien espesa, se añade una cucharadita de mostaza clásica, un cucharadita de salsa Worcestershire (o Perrins), un poco de pimienta negra y una cucharada de salsa ketchup; se bate todo y a continuación lo probáis para modificar los aderezos según vuestros gustos. Un chorrito de whisky le da un punto.

A comer.

jueves, 15 de agosto de 2013

Bonito, según la tía Margó

Niñas, vengo de Elorrio donde he pasado unos días con vuestras tías Mar y Margó, hermanas de vuestro padre. Parece arriesgado ir de cuñadas, pero os diré que lo he pasado muy bien y sobre todo he descansado física y mentalmente; también he comido muy bien y bebido con calidad.

Berriozabaleta
Margó, con su marido Jaime -jubilado-, pasa largas temporadas en su casa de Elorrio, que está en un monte con unas vistas preciosas. ¡Ah! y tienen huerta, que por supuesto no trabaja él (adivinad quién).

Ahí es fundamental tener pensado lo que se va a comer y con tiempo, no vaya a ser que al marido se le antoje algo a última hora, por ejemplo unos huevos fritos con patatas. Por eso mi cuñada Margó decidió ir al pueblo a comprar Bonito, y Mar y yo la acompañamos. Después de tomar unos potes y unos buenos pintxos, subimos a cocinar.

Como a mí me gusta cocinar, me ofrecí a hacer el bonito; siguiendo las indicaciones de mi cuñada Margó, que me dijo:



Ingredientes:

  • Bonito limpio y en trozos más o menos grandes (los troceó ella).
  • Pimientos verdes
  • tomates maduros
  • Cebollas
Las cantidades de pimientos, cebollas y tomates va en función de la cantidad de salsa que queráis obtener. Jaime, como buen Vasco, quería bien de salsa, por lo que todo abundante. Como sé qué a vosotras lo de "a ojo" no os gusta mucho, os diría que dos tomates muy grandes (o tres grandes), dos cebollas y tres pimientos para kilo y medio aproximado de bonito. Mirad las fotos para haceros una idea; no os digo número de comensales porque tanto vosotras como vuestros amigos tenéis buen saque, pero es lo que utilizo yo para hacer bonito para los cinco de casa.

Realización:

Se parten las cebollas en aros finitos, los pimientos en tiras más o menos finas y los tomates se pelan, se cortan en rodajas quitando las semillas y se trocean pequeñito.


En un recipiente de barro, o en cazuela baja, se pone un buen aceite que realce el sabor del Bonito -siempre aceite de oliva virgen- y se ponen las cebollas a pochar. Si tenéis prisa -y Margó la tenía- podéis añadir un poco de sal para acelerar el proceso.


Cuando la cebolla esté transparente añadís el pimiento dándole vueltas con una cuchara de madera.


Sin dejar que se quede blando del todo añadís el tomate, y dejáis que poco a poco se sofrían.


Cuando veáis que la salsa forma un conjunto ligado añadís vino blanco. Mi cuñada no tenía vino blanco para cocinar, lo cual me pareció estupendo porque lo hicimos con un magnifico Txakolí Mendraka.

Luego pusimos un poco de pimienta negra, corregimos la sal y cuando la salsa estaba hecha...

El bonito:

Yo siempre, en todos mis platos de bonito, lo sello antes de unirlo a la salsa... pero esta vez Margó, que manda mucho, me dijo que no.


Y la verdad es que no era necesario: introduje los trozos de bonito en la salsa y cuando empezó a hervir de nuevo les di la vuelta, un rato y otra vuelta. No más de cinco minutos en total.


 Exquisito. Hasta el punto de que vuestra tía Mar, que es de poco comer, se puso ciega. 

Lo acompañamos con un arroz blanco (de técnicas y variedades de arroces hablaremos otro día).


El plato que veis es el que os he hecho para celebrar mi santo y el cumpleaños de Belén, que nació como regalo. ¿Os ha gustado? El vino de hoy ha sido un magnifico tinto reserva de Rioja, Viña Tondonia, uno de mis preferidos. No siempre hay que acompañar  el pescado con vinos blancos, el Bonito tiene tanta fuerza que admite buenos tintos.

Pronto os daré mi propia receta de Bonito que tanto os gusta. Aprovechad! estamos en plena temporada de Bonito.


Por cierto, ha sobrado por lo que hay para los tappers.

martes, 13 de agosto de 2013

Mi gazpacho

Belén, tanto decir que mi gazpacho es el mejor del mundo, creo que es echarle cara para no tener que hacerlo tu. Así que te voy a decir como lo hago.

Como ya sabes el Gazpacho cada uno lo hace como quiere, según gusto, necesidad y tradición y según las diferentes Regiones. Lo que está claro es que no deja de ser una ensalada hecha sopa, por lo que no debe sentar mal y mucho menos repetir.

Los ingredientes
  • 2 Kg largos de tomates, 
  • 1 pimiento italiano, 
  • 1 pepino, 
  • 1 diente de ajo, 
  • aceite, vinagre y sal. 


Preparación

Se lavan bien los tomates y el pimiento, el pepino se pela y se le quitan las semillas, ya que puede ser una de las causas por lo que algunas personas el gazpacho les repite. Se cortan y se depositan en un recipiente con capacidad suficiente. Quito el corazón al ajo  y lo parto en cuatro trozos uniéndolo al resto.

Se mezcla todo y se deja reposar un rato para que se unan los sabores y los aromas, ya que al eliminar posteriormente los residuos, muchos de estos se eliminan. Sobre esto, mi amigo Ramón dice que su madre lo deja reposar tres horas y que el también lo hace. Yo creo que su madre lo hará a veces, pero él ni de casualidad, ya que entre otras cosas el gazpacho lo hace su mujer.

Utensilios:

Para una buena elaboración es importante disponer de una buena batidora, ya que acorta el proceso, así como de un pasa-purés o chino de poro fino para que retenga bien los residuos. La minipimer o un batidor manual serán necesarios para el aliño.

Elaboración:

Se va triturando la mezcla en la batidora pasándola a continuación por el pasa-purés, así hasta acabar con todo.

El punto:

Se añade el aceite, la sal y el vinagre al gusto, corrigiendo si es necesario mientras se unifica la mezcla con un minipimer o un batidor manual. 

Estos ingredientes, a los que se les da escasa importancia, juegan una gran papel para conseguir un buen gazpacho. Tenemos una gran cantidad de aceites vírgenes magníficos elaborados con diferentes variedades de olivas (arbequina, picual,...) y en diferentes regiones, así como buenos vinagres de vino a gusto de todos, variando éstos conseguimos pequeñas variaciones en el gazpacho del día a día.  ¿Sabías que se hacen catas de aceite con gazpacho? Por cierto, el de las fotos lo he hecho con aceite de la Sierra de Segura (Jaén), espectacular.

Observaciones:

Si lo quieres consumir pronto y tienes que apoyar el enfriamiento, puedes añadirle hielo, lo que también es una ayuda si te ha quedado demasiado espeso. 

El añadir cebolla, cominos o pan, depende del gusto.

Para mí, la cebolla deja una textura que no me gusta y no la encuentro indispensable para el sabor.

Los cominos son más utilizado en el Sur, quizás por influencia marroquí; tienen tanta fuerza, que restan el sabor de una buena ensalada. A mí el comino me gusta, pero en comidas con carne de origen marroquí o Centroamericano y siempre en cantidades moderadas

En cuanto al pan, para eso tenemos el Salmorejo. No obstante, el agua y el pan, en muchos casos, se añaden para que cunda más. Si además le das un punto de cominos, ya sabe a todo menos a tomate, que al fin y al cabo es el ingrediente principal.

Belén, espero que disfrutes de los gazpachos hechos por ti.