sábado, 21 de junio de 2014

Carpaccio de Solomillo

Bueno, a vosotras os encanta la carne cruda, aunque este plato les gusta incluso a los que les gusta muy hecha. Es pura mantequilla y los ingredientes que se le añaden hacen que la carne macere; es decir, no parece cruda.

Es un plato sencillo de hacer.

Ingredientes:

-   1 trozo de solomillo de vacuno, en cantidad, según los comensales. 
-   Sal gruesa o Maldon.
-   Aceite de oliva virgen.
-   Pimienta negra.
-   Queso parmesano que rallas tú.

Hay mucha gente que lo acompaña con pepinillos, alcaparras..., yo no; es innecesario y se comen el sabor de una buena carne.

Preparación:

Compras el solomillo según tu gusto -buey, choto, ternera- y lo congelas calculando los trozos en función de lo que vayas a utilizar.

El día que vayáis a prepararlo lo sacáis del congelador y lo dejáis reposar unos minutos. Si tienes una buena máquina de cortar los minutos serán pocos, pero si lo vas a cortar con cuchillo necesitarás algo más hasta que el cuchillo logre cumplir su misión -la de cortar- pero sin dejar descongelar del todo para conseguir láminas finas. 

Se corta en filetes del grosor que desees y se colocan sobre la fuente donde lo vayas a servir de forma que no se cubran unos a otros.

Se salpimenta y se rocía con el aceite.

Es fundamental que lo dejéis macerar al menos una hora.

El queso parmesano que has comprado en un trozo, lo rallas y lo presentas en otro recipiente para que cada uno se sirva lo que quiera. No a todo el mundo le gusta con queso. Por ejemplo a mí, que me encanta el queso, no en este caso.

Al lado el queso parmesano
El Carpaccio, uno de los platos más internacionales de la actual cocina italiana, debe su nombre a su creador, el cocinero Giuseppe Cipriani -fundador del Harry's Bar de Venecia- que homenajeó así al pintor Vittore Carpaccio, parece ser que por ser uno de los pintores que el estimaba, como gran conocedor del Arte Veneciano, era el que mejor supo utilizar el rojo profundo.

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